domingo, 21 de agosto de 2011

La gran contradicción del llamado progreso..


Una represa amenaza con desplazar a 50.000 indios en Brasil

Miles de personas tomaron hoy las calles de Sao Paulo y Belén para protestar contra esta infraestructura


Brasilia (EFE).- Miles de personas tomaron hoy las calles de varias ciudades de Brasil en protesta por la construcción de una enorme represa en la Amazonía, que obligará a desplazar a 50.000 indios y campesinos, según aseguran diversos movimientos sociales.
Las mayores manifestaciones se registraron en las ciudades de Sao Paulo y Belén, capital del estado de Pará, en cuya región sur se emplazará la que será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo tras la de Itaipú, que comparten Brasil y Paraguay, y la china de Tres Gargantas.
"La represa de Belo Monte significa la última puñalada al corazón de la Amazonía", declaró en Belén el presidente del Consejo Indígena Misionero, Erwin Krautler, quien es además obispo de Xingu, zona en que las obras inundarán 516 kilómetros cuadrados de selva.
Además de Belén, donde se concentraron unas 2.000 personas, y Sao Paulo, hubo manifestaciones similares en las ciudades de Brasilia, Río de Janeiro, Fortaleza, Joao Pessoa, Recife, Salvador, Santarém, Florianópolis, Cuiabá, Manaus y Belo Horizonte.
Los participantes en las protestas entonaron consignas contra las obras y recordaron que cuentan con el respaldo de diversos organismos tanto de Brasil como del exterior, entre los que citaron la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Amnistía Internacional.
El proyecto de Belo Monte fue planteado en la década de los 70 por la dictadura militar que gobernaba entonces el país y reflotado en los últimos años por el Gobierno del ahora expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
También desempeñó un importante papel para que se retomara el proyecto la actual presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien fue una de sus promotoras como ministra de Lula y lo considera una de las iniciativas energéticas más importantes para la Amazonía.
La represa de Belo Monte, que deberá estar operativa en 2015, será construida con un coste de unos 10.600 millones de dólares y su capacidad de generación será de un máximo de 11.233 megavatios en las épocas de crecida del río Xingú.

Para quien conozca la Amazonía, aunque sea levemente, habrá llegado si su sensibillidad se lo permite, y pone los intereses materiales por detrás de todo lo demás, en esto todo lo demás hay que incluir la vida. Habrá llegado a la conclusión sensitiva de que aquella inmensa región natural es un universo en si misma, pero además un universo que da carácter a Sudamérica. Quizás las dos cosas más determinantes de América del Sur son: la cordillera de los Andes y la Amazonía. Difícilmente el hombre puede terminar con los inconmensurables Andes, pero lo que esta a sus pies, la inmensa fuente de vida, carácter, riqueza, y mitología, llamada Amazonía, si que puede ser asesinada por el ser humano en aras de lo que llama progreso. Imaginar una cordillera infinita con un infinito desierto a sus pies, es quizás imaginar el futuro de América del Sur, si no se pone freno a la sinrazón de los poderosos, y la ambición de riqueza de muchos. Hay que empezar a cambiar los parámetros de lo que se define como bienestar y riqueza, arrebatandolos al individualismo y el consumo, devolviendolos a la naturaleza y la colectividad.

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