En medio de un operativo que sorprendió a los más de 2000 empleados que trabajan en la sede de la petrolera, en Puerto Madero, el Gobierno tomó hoy el control de la empresa y desplazó a los directores ejecutivos españoles y argentinos de la compañía. Según pudo saberClarín.com, el secretario de Coordinación del Ministerio de Planificación de Argentina, Roberto Baratta, que hasta hoy era el único representante del Estado argentino en el directorio de YPF, se presentó junto a dos abogados en el edificio con una lista de directores ejecutivos que debían renunciar.
Baratta le comunicó al Director de Legales, Mauro Dacomo, que la empresa estaba intervenida y le entregó el listado en el que figuraban los 16 ejecutivos del Comité de dirección, que pertenecen al Grupo Petersen, más algunos ejecutivos españoles.
Además, Baratta ordenó cambiar la seguridad del edificio y desembarcó en áreas claves de la empresa, incluyendo la comunicación, que pasó a manos del vocero del ministro Julio De Vido, Horacio Mizrahi. Fue apenas empezaba a hablar la presidenta Cristina Fernández, quien anunció por cadena nacional la intervención inmediata de YPF y el envío al Congreso de un proyecto de ley para expropiar el 51 por ciento de la empresa, participada en un 57 por ciento por la española Repsol.
Luego, cerca de las 15, arribó a la sede central de YPF el ministro de Planificación, Julio De Vido, quien asumió formalmente la conducción de la petrolera. Fernández decretó que lo acompañe en esa función el viceministro de Economía, Axel Kicillof.
La presidenta argentina Cristina Fernández tomó la decisión de nacionalizar YPF. Ha sido fundamental en ello, el hecho de que Argentina ha tenido que recurrir en estos últimos tiempos a la compra de combustible en el exterior, cuando es un país productor, generando en el país un déficit energético. Yacimientos Petroliferos Fiscales, pertenecía a la multinacional española REPSOL, participada principalmente por capitales privados españoles, norteamericanos y argentinos. Argentina es la tercera reserva internacional de gas y ocupa un lugar modesto pero importante en reservas de petróleo.
Se pone fin de esta manera a la vergonzosa privatización de esta compañía que data del periodo de Carlos Menem, la cuál siempre fué una de las compañias públicas de bandera de la República Argentina.
En un contexto de crisis y descomposición de los servicios públicos, incentivada por los recortes y las privatizaciones. El gobierno español a recurrido a las amenazas para salir en defensa de los intereses privados que controlan REPSOL y hasta ahora YPF.
España se enfrenta a un problema grave si pretende llevar su beligerancia hasta las últimas consecuencias, pues peligrarán decenas de miles de millones de inversiones de multinacionales españolas en Argentina. Al mismo tiempo la antigua metropoli podría verse enfrentada a la mayoría de los paises Latinoamericanos, que sin duda mostrarán su solidaridad con la República Argentina, en caso de que esta se vea castigada por acciones vengativas.
"Celebramos como lo hicimos con la recuperación de Aerolíneas Argentinas, el Correo, Obras Sanitarias y los fondos jubilatorios de las AFJP", apuntó el sindicalista.
SOBERANÍA HIDROCARBURÍFERA
El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, celebró que "YPF vuelve a ser argentina" y celebró la decisión de la presidenta Cristina Kirchner de "retomar el control sobre la empresa nacional de petróleo". De todas maneras, el titular de la central sindical advirtió: "Esperamos que, al calor de la alegría popular que esta decisión conlleva, no hayan pícaros que como en la privatización quieran sacar provecho personal de este acto de soberanía manifiesto"