Honduras: se incendió un mercado popular de Tegucigalpa
A solo cuatro días del incendio de la cárcel, el fuego volvió a provocar daños en Honduras, esta vez no hubo víctimas fatales.
Un incendio consumió el sábado una tercera parte de un popular mercado de Tegucigalpa - AFP
Un incendio consumió el sábado una tercera parte de un popular mercado de Tegucigalpa, con un saldo de decenas de heridos leves y pérdidas de mercancías que dejan en la ruina a humildes vendedores, cuatro días después del fuego en un penal que dejó 358 muertos en Honduras.
"No tenemos reporte de algún desaparecido, por tanto descartamos que haya víctimas mortales", informó el jefe de operaciones de los Bomberos de la capital, Marco Artica, tras confirmar que sólo quedaban unos pequeños focos de fuego por controlar en el mercado de Comayagüela.
"Unos 5.000 vendedores y sus familias resultaron afectados", señaló el alcalde de la capital, Ricardo Alvarez, al tiempo que pidió a la embajada de Estados Unidos "que parte del equipo que participa en la investigaciones del penal de Comayagua colabore para que se haga una investigación".
"Hay varias versiones acerca de que el origen del fuego fue accidental en un puesto de piñatas, otra en uno de venta de comidas y otras que hablan hasta de una bomba molotov, dijo Alvarez, sin precisar detalles.
Alvarez lamentó que muchos de los vendedores "lo hayan perdido todo" y prometió buscar la forma en que el mercado sea reconstruido y los puestos puedan volver a funcionar.
Ovidio Zelaya, presidente del Sindicato de Vendedores Libres de Honduras, manifestó tener informes de varios vendedores con algunas heridas y "varios intoxicados por el humo". Calculó que hubo cuantiosas pérdidas materiales.
"Yo lo perdí todo, mucho. El fuego empezó en el puesto donde venden piñatas, logré sacar a los cuatro hijos que me ayudan en el negocio porque venían las llamas, pero no saqué nada" de la mercancía, declaró Freddy Ortiz, quien tiene un puesto de venta de ropa y zapatos.
El suceso en el mercado, donde ya se habían registrado varios incendios -el último en octubre cuando se quemaron unos 200 puestos-, ocurre cuando aún el país está conmocionado por el incendio del penal de Comayagua, 90 km al norte de la capital, la noche del martes a miércoles, que dejó un saldo de 358 reclusos muertos.
Con 358 muertos en la cárcel de Comayagua se hizo patente la descomposición del estado hondureño; la falta de planteamientos para mejorar la vida de las clases bajas, o más bien, el desinterés de un estado débil, que no tiene capacidad ni voluntad para orientar a sus ciudadanos hacia un camino más digno. Honduras es solo para los que tienen capacidad económica y poder, hacia esa minoria se centran todos los esfuerzos económicos. Exite una isla donde viven encerrados los ricos, rodeados de un mar de miseria y corrupción, altas ballas y muros reales, sociológicos y económicos protegen a los adinerados dentro de esa isla endogámica. Mientras en el inmenso mar mayoritario hondureño, la vida es un infierno donde cualquier cosa es posible, solo gobernada por la violencia, la corrupción y el atropello.
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