viernes, 5 de octubre de 2012

Venezuela elegirá entre dos modelos antagónicos..


Bajo una intensa lluvia, Hugo Chávez estremeció a la avenida Bolívar

¿Cómo quieres que no me moje por él?", preguntó con orgullo Silvia, una ama de casa, mientras el presidente venezolano, Hugo Chávez, empezaba a entonar bajo una fuerte lluvia los primeros compases del himno nacional, que dio paso al mitin de cierre de campaña, en Caracas.

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Hugo Chávez, apoyado por cientos de miles de personas en el cierre de su campaña - AFP
La lluvia coincidió con la llegada del mandatario, a la cabeza en la mayoría de sondeos para los comicios del domingo, a la céntrica avenida Bolívar, donde cientos de miles de simpatizantes lo esperaban desde hacía horas, formando una marea roja que se esparcía por todas las calles del centro de la ciudad.

Desde primeras horas de la mañana, miles de autocares repletos de seguidores habían ido llegando a Caracas de las cuatro esquinas del país para acompañar a Chávez, de 58 años, en la última etapa de la gira final de campaña, que empezó el lunes en su pueblo natal, Sabaneta (oeste), rumbo a la capital.

Otros muchos llegaron en metro o motocicleta. La mayoría de ellos iban ataviados de gorra y camiseta rojas, algunas con el estampado rectangular que deja entrever las cejas, los ojos y parte de la nariz de Chávez y otras con la cara completa del mandatario, sonriente.

Muchos portaban banderolas del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) o pancartas con el rostro de Simón Bolívar, el héroe de la independencia de Venezuela. Todos se dirigían al acto con la enérgica certeza de que su presidente volverá a ganar de manera "aplastante" el próximo domingo.

"¡Mira esto! ¡Para que luego digan que no tiene pueblo!", agregó Silvia tras secarse las gafas señalando el escenario, donde Chávez, vestido de azul y ya con el rostro goteando, empezaba a arengar a sus fieles con los logros cosechados por su "revolución" en los casi 14 años que lleva al mando.

Fue un breve acto, de poco más de media hora, debido según el mandatario "a las circunstancias" de una lluvia cada vez más tenaz que no dispersó a los presentes.

El mandatario, que ha puesto a los pobres en el centro de su discurso y considera que su revolución no está terminada, arremetió contra el candidato opositor, Henrique Capriles Radonski, y pidió al pueblo venezolano que le dé un tercer mandato de seis años.

Para ello, lanzó arengas como "El 7 de octubre Venezuela se juega la vida", "¡Los que quieran patria, vengan conmigo!" y "Esta batalla tiene más de 500 años" -en referencia a la lucha del continente frente a la conquista de América por los españoles-, a las que sus fieles respondían con vítores.

Las críticas de Chávez contra Capriles, que en las últimas semanas se ha ido acercando en las encuestas y para muchos es el contrincante más sólido al que ha debido enfrentarse el presidente, calaron en sus seguidores.

Capriles "nunca ha querido al pueblo. No va a ganar. No va a reconocer la victoria de nosotros", vociferó Rosa Castro, una peluquera canina de 50 años, con un tatuaje de la cara de Chávez en la espalda y una bandera en la que podía leerse "Chavez Corazón de mi patria".

De opinión similar era Cevallo Osto, estudiante de ingeniería civil de 21 años: El líder opositor "todo lo va a privatizar. ¿Para qué? Para el beneficio de gente rica que tiene plata y los pobres van a ser excluidos", sostuvo.

Apretujado entre la muchedumbre frente al escenario, Jefferson José Mijares, un vendedor de zapatos de Macarao, un barrio del oeste de Caracas, trataba de hacerse sitio para tener una mejor visión.

"Una vez pude tocarlo, le di la mano", explicó. "A mí me ha dado casa, estudios, todo", añadió mientras alguien empezaba a corear "¡Chávez, amigo, el pueblo está contigo!".

"He venido para acompañarlo en su batalla final antes del domingo", concluyó antes de empezar a saltar a ritmo de "Chávez corazón del pueblo", la canción emblema de la campaña del oficialismo, con la que la banda venezolana "Los Cadillac" abrió y cerró los actos del mandatario.

Tras dar unos pases de baile por el escenario y lanzar besos y saludos a la muchedumbre, Chávez dio por terminado el primer acto y subió al camión descubierto que debía transportarlo por las calles del centro, hasta que el mitin quedó suspendido. "No pudimos continuar por la gente. Demasiada gente", dijo el ministro de Comunicación, Andrés Izarra.


Es difícil de imanginar una victoria de la oposición, no sólo por los cambios traería consigo en el país, sinó por la proyección que estos cambios traerían consigo en todo el continente.

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