sábado, 3 de marzo de 2012

A Rodolfo Walsh en el 35 aniversario de su desaparición..



































Cuando la integridad, la consciencia y el deseo de justicia se imponen al miedo, surge la intelectualidad comprometida. Rodolfo Walsh había "felicitado" a la Junta Militar argentina. El triunvirato Videla-Massera-Agosti, cúpula de la barbarie sistematizada que descarga sus culpas en la obediencia debida. En el advenimeinto del primer aniversario del golpe del 24 de marzo de 1976 que iniciaba: el Proceso de Reorganización Nacional. Eufemismo con el que la dictadura militar llamaba a su  plan de extermino y terror social. Walsh que ya había vivido en carne propia la desaparición de su hija. Un día antes del infausto aniversario golpista, Rodolfo Walsh en su soledad, vio su vivienda asaltada por " la patota", nombre de los Grupos de Tareas de las Fuerzas Armadas Argentinas. Walsh fué acribillado a balazos al resistirse a ser desaparecido en las catacumbas de la ESMA, tan blanca ella por fuera, tan pura. La Escuela Superior Mecánica de la Armada, pozo negro de tortura y extermino. Una vez muerto Walsh, los valientes milicos argentinos, que tanto montaban caballos como mujeres, ese es su valor. Su cobardía esta escrita en las Malvinas. Llevaron el cuerpo de Walsh como trofeo carnívoro de extinción intelectual. Esos, comedores de carne de res,  no contemplan la posibilidad de que tras la carne exista el reciocínio.

Walsh había mandado una carta a la Junta Militar, esos no conocían ni a su propia madre en caso de ser sospechosa de subversiva, y estar desaparecida en los infiernos del cautiverio militar y policial.
La carta decía: "Mediten sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra, que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino, no estarán desaparecidas sinó agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas."
Se despedía Walsh adivinando ya su destino: "Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles"...
La carta abierta a la Junta fechada el 24 de Marzo, se repartió de manera clandestina, en ella Walsh con meridiana claridad ya adivinaba la envergadura y el calibre del extermino a la represión milico-policial: "Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cautro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror. Cólmadas las cárceles ordinarias, crearon en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio. Más de siete mil recursos de habeas corpus han sido contestados negativamente este último año. Entre otros miles de casos de desaparición, el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su nulidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados."
Walsh describía en esta carta los métodos de tortura usados: "El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporaneas" Y calificaba esos métodos como " tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información extravía en las mentes perturbadas que la adminstran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido".
Sigue Walsh diciendo: "La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es así mismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga".
Walsh detalla en su carta un inventario de crímenes: "Setenta fusilados tras la bomba a la Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre de año nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela, forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente (policia o militares) no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos". Walsh explica la doctrina que inspira este accionar de la dictadura argentina: "la doctrina extranjera de cuenta cadaveres que usaron las SS en los paises ocupados y los invasores de Vietnam".
En su valence mortuorio Walsh refiere: "Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre allazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros paises, por su magnitud genocida, o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas". Y Walsh describe i acusa a la Junta de "alfombrar de muertos el rio de la Plata o arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aerea". Y denuncia la existencia activa del Plan Condor con la colaboración de la CIA norteamericana, un acuerdo entre las divesas dictaduras Sudamericanas para el secuestro y extermino interfronterizo, donde agentes de los diversos paises se mueven libremente y con la colaboración de agentes locales de cada país. 
Walsh también habla del apecto económico que supone el año de gobierno militar sobre todo en el nivel de vida de la población : "En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40 por ciento, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30 por ciento, elevando de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar.. y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificado de subversivos, secuestrando grupos enteros de delegados que algunos casos aparecieron muertos, y en otro no aparecieron, Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno, el consumo de alimentos se ha disminuido el 40 por ciento; el de ropa del 50 por ciento; el de medicinas ha desaparecido prácticamente de las capas populares. Ya hay zonas de Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera en el 30 por ciento, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, la parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan... Tampoco en las metas abstractas de la economía a las que suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3 por ciento, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anula del 400 por ciento, un aumento circulante que en sólo una semana de diciembre llegó al 9 por ciento, una baja del 13 por ciento en la inversión externa, constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia. Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anémia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil de policias en la provincia de Buenos Aires, con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120 por ciento, prueban que no hay congelación, ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar".
Walsh señala los beneficiarios de la política económica de la Junta Militar: "Dictada por el Fondo Monetario Internacional según receta que aplica indistintamente en  al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y el grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la ESSO, la automotrices, la US Steel, la Siemens al que estan ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros del gabienete", Walsh termina definiendo la situación económica del momento como "festin de corruptos".
Al mismo tiempo que esta carta llegaba a los medios de comunicación internacionales, los motores y las puertas de los Ford Falcón sonaban frente la casa de Walsh, de ellos descedía un numeroso grupo de hombres fuertemente armados con la intención de llevarse con ellos al intelectual argentino. Quizás Walsh prefirió morir acribillado a balazos en su casa, antes que sufrir un infinito y cruel tormento en un centro de detención clandestino. Su carta sólo hacía referencia al primer año de Junta Militar, todavía quedaban varios para sumar vidas al reino de la tortura y la muerte, para sumar robo al "festín de corruptos" que mandó la República Argentina al hambre, la pobreza y la miseria. Sólo el estallido social del 2001 recondujo el país en un sentido contrario, hacia la recuperación de todo lo perdido en ese Estado-cloaca regentado por las Fuerzas Armadas.

Bibliografía para esta entrada: EL DICTADOR, La historia secreta de Jorge Rafael Videla. Autores: María Seoane y Vicente Muleiro. Editorial Sudamericana. Buenos Aires-Argentina.

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