martes, 8 de noviembre de 2011

"Algo debe morir cuando algo nace".. Muere en México el poeta Tomás Segovia..



"...El susurro del viento errante por la noche
que trae de los trasfondos la efusión solitaria
del tumulto callado de las cosas..."


        Muere Tomás Segovia


El poeta llegó a México por la Guerra Civil española, para convertirse en uno de los pilares de las bellas letras


GUADALAJARA, JALISCO (08/NOV/2011).- “Algo debe morir cuando algo nace”, dice un poema de Tomás Segovia, quien falleció ayer a las 14:30 horas , debido a complicaciones derivadas del cáncer de hígado que le fue detectado recientemente. Con su deceso comienza su herencia en la literatura hispanoamericana como uno de los últimos poetas surrealistas.

A los 84 años de edad, una de las voces de la poesía más destacadas de México y España guardó silencio. La viuda del poeta nacido en Valencia en 1927, María Luisa Capella informó vía telefónica a este medio que el autor de Apariciones pasó sus últimos momentos en su hogar “rodeado de sus hijos, de todos sus amores y de su familia. Todos estos días estuvo rodeado por sus hijos y muy amorosamente cuidado”, expresó la viuda del poeta del exilio español.

Tomás Segovia llegó con su familia a México en 1940, pero su exilio comenzó cuatro años antes en Francia y luego en Marruecos. Estudió Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Autónoma de México (UNAM) y en territorio nacional fue donde desarrolló su carrera de poeta, novelista, ensayista y traductor.

El cuerpo del español nacionalizado mexicano fue traslado a la Funeraria García López de San Jerónimo, en la capital del país. La directora del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, señaló en su cuenta de Twitter que “la voz del poeta es eterna.

Capella destacó que hay varios textos inéditos, “pues seguía escribiendo. Tomás tenía mucho escrito que no se ha publicado, pensaba mucho”. La viuda recuerda que hace unos días durante el reconocimiento Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval, en Aguascalientes, donde expresó una de las preocupaciones, que era definir a los indignados como un movimiento contra los políticos, “sino como una defensa de la política”.

En cuanto a la revisión de la obra, éste será un trabajo grande, considera Capella, quien dice que habrá libros próximos. Para el poeta Hugo Gutiérrez Vega, Tomás Segovia es “uno de los principales poetas de México, al margen de sus premios”. Destacó que su colega llegó a México muy niño, “tenía las dos nacionalidades y las dos sensibilidades, la española y la mexicana, pero definitivamente nosotros nos la robamos, él pertenece a la literatura mexicana y pertenece a los innovadores de la literatura mexicana”.
“Fue pionero en muchos aspectos de la poesía erótica explícita, además del domino de la forma, su manejo del idioma. Fue un espléndido traductor del inglés y del francés, su labor en El Colegio de México y en el Centro de Traductores fue una de las más importantes de nuestro tiempo. Creo que la importancia de Segovia no se mide por los premios recibidos, sino por los lectores que tiene”, expresó en entrevista Hugo Gutiérrez Vega, quien consideró que el número de seguidores de la obra del poeta nacionalizado mexicano se debe a su “erotismo tan valiente”.

El poeta Luis Vicente de Aguinaga comentó entrevista que “es difícil referirse a la obra de Tomás Segovia en todos los aspectos porque fue un hombre longevo y tan activo. Fue un hombre de gran vigor y curiosidad intelectual”.

Segovia cuenta con una amplía obra literaria, la cual le hizo merecedor a distintos reconocimientos entre ellos el Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana y del Caribe en 2005, ahora Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, el Octavio Paz en 2000 y el Xavier Villaurrutia en 1972.
“Fue un poeta solar, que siempre se inclinó por la claridad como gran fenómeno universal y como gran tentativa estética y eso está a la vista de cualquiera de sus lectores al menos en sus libros de poesía”, expresó De Aguinaga, quien añadió que los textos del exiliado español hacen una descripción de la vida cotidiana no como vulgar, sino como un territorio alcanzado por la magia de las energías del cuerpo” 

         http://www.informador.com.mx/cultura/2011/336100/6/muere-tomas-segovia.htm



Del blog de Tomás Segovia publicado el 8 de julio de 2011.

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8 DE JULIO A vueltas con la más-que-crisis.



Hasta hace poco, todas las imágenes de a historia moderna de Occidente tenían un aire de familia. De Marx a Benedetto Croce, todo el mundo compartía por lo menos la impresión de cierta orientación de esa historia, un camino que, a través de dificultades, luchas, retrocesos y traspiés, avanzaba sin embargo hacia cada vez más coherencia y lucidez. Puede enfocarse esto como una cuesti´n de legitimidad. El balance en u.tima instancia positivo del progreso justificaba la historia. Incluso los marxistas más dogmáticos admitían (ventajas de la dialéctica) que aunque el capitalismo burgués era ilegítimo, su advenimiento como momento dialéctico era tan legítimo como la historia misma en su conjunto. En todo caso, el escollo del marxismo real, como la historia acabó por mostrar, era la tentación totalitaria: finalmente la historia dio la palma a la democracia y nadie pudo ya dudar de que sin democracia no hay justicia posible.

De modo que abreviando muchísimo podemos decir que hasta hace poco todo el mundo pensaba que el camino de la democracia era un buen camino. Muchos ex dogmáticos empezaron a pensar que el lado bueno del marxismo fue que históricamente acabó por contribuir a las conquistas de la sociedad del bienestar, hija radiante del capitalismo y la revolución, ambos con rostro humano.
Ahora: si en el proyecto de la sociedad del bienestar o democracia social, la democracia y el socialismo, el capitalismo y la revolución podían celebrar unas bodas pacíficas y razonables, era bajo la égida de cierta legitimidad. En es proyecto o se modelo de sociedad, está implícito que es legítimo el beneficio, pero no cualquier beneficio. Aunque esa ideología no era explícita, puesto que era una ideología, el comportamiento de los partidos, los gobiernos y los programas muestra que se daba por sentado que el beneficio tenía un límite, que era el bien social.
Lo que sucedió a fines del siglo XX, con la ideología de los neo-con, de Nelson Friedman y del FMI, con las políticas de Reagan y Thatcher y la cobardía de Europa, es que el beneficio dejó de tener un límite; desde entonces el beneficio no necesita legitimarse o es lo único legítimo y su legitimidad es absoluta. Eso significa la sumisión de los Estados al mercado. La globalización podría o debería consistir en que por encima de los Estados está la comunidad de los Estados; el la realidad consiste en que por encima de los Estados está lo que no obedece a los Estados: el beneficio sin ley, la especulación.


                                                                                                    Tomás Segovia
   
http://tomassegovia2.blogspot.com/                                                                                                                                           
                                                                                                                                                                

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